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La electricidad limpia y accesible en las actividades de las comunidades en Honduras
En 2021, gestos simples como encender una luz, cargar un celular o conectar una radio seguirán sonando como una utopía en miles de hogares de todo el mundo. Hoy nos dirigimos a Honduras para hablarles sobre la importancia de la electricidad limpia y de los proyectos con los que estamos combatiendo la pobreza energética de más de 5.700 familias miskitas, garifas y tolupanas.
¿Qué es la electricidad limpia?
Antes de nada, vamos a aclarar algunos conceptos sobre este tipo de energía que pueden resultar confusos. Cuando hablamos de electricidad limpia, nos referimos a energías que no emiten gases a la atmósfera ni contaminan de ninguna otra forma. O, si producen emisiones, son climáticamente neutrales.
No debemos confundir la energía limpia con la energía renovable. La energía renovable es obtenida de recursos inagotables. Sin embargo, estos dos requisitos no siempre se cumplen. Podemos verlo fácilmente con estos ejemplos:
- La energía solar y la energía eólica provienen de recursos inagotables, por lo que son renovables y limpias.
- La biomasa es renovable porque proviene de residuos orgánicos. Sin embargo, no se trata de una energía limpia porque emite gases contaminantes como dióxido de carbono u óxido de nitrógeno cuando se quema.
¿Qué importancia tienen la electrificación limpia?
Cambiar nuestros patrones de producción y consumo de energía es crucial para asegurar la sostenibilidad medioambiental y económica de las comunidades y su entorno. Tanto es así que se creó un Objetivo de Desarrollo Sostenible exclusivo con este propósito: garantizar el acceso universal a una energía asequible, fiable, sostenible y moderna.
Un acceso fácil a la energía: El desafío de Honduras
En muchas partes del mundo, el acceso a energía en general, y a la electricidad limpia en particular, es todavía una tarea pendiente.
En América Latina, más de 30 millones de ciudadanos no tienen electricidad. Honduras es uno de los países con más dificultades. ¿Sabías que no pueden encender la luz en un 19% de sus hogares?
Así llevamos energías limpias a las familias tolupanas
Para reducir la pobreza energética de las comunidades indígenas tolupanas de los municipios de Victoria y Sulaco, en Yoro, tenemos el proyecto Corylus. Sus familias viven en zonas de campo alejadas donde se dificulta el acceso a alimentos, educación, agua potable o servicios sanitarios.
El proyecto, junto FUNACH y con financiación de Energía sin Fronteras, consiste en la electrificación de los hogares mediante placas solares fotovoltaicas auto instalables. Como explicaba Elder Flores, coordinador del proyecto, “su estructura es ligera y sencilla, por lo que con solo una formación de cuatro horas las familias aprenden a instalarlas, manejarlas y mantenerlas en sus casas”.
El proyecto va más allá de la electricidad
- Disminuye el empleo de fuentes de energía tradicionales como el ocote, la leña, el keroseno o las velas, lo que supone una mejora en la salud, pues los humos provocan enfermedades respiratorias, y se frena la deforestación.
- Supone una ayuda en la economía de las familias: el ahorro económico equivale a siete años de compra de insumos energéticos tradicionales, y se traducirá en la mejora de actividades productivas que requieren el uso de luz.
- Aumenta la seguridad: las personas no tendrán que andar hasta 40 km para conseguir los combustibles tradicionales.
- Mejora la preparación ante posibles emergencias: la disponibilidad de energía supone poder utilizar teléfonos móviles y radios para coordinarse rápidamente.
Un nuevo proyecto relacionado con la pesca artesanal, la importancia del frío y de la fuente de energía
La pesca artesanal en el territorio MAMUGAH asegura los alimentos de las familias de la zona y supone su mayor fuente de ingresos. Más concretamente, representa el sustento de más de 5.000 familias, la mayoría pertenecientes a las etnias garífuna y miskita. 1.600 de estas familias son pescadores.
La situación económica inicial es precaria, con una tasa de pobreza que superior al 60%. Las familias no son capaces de satisfacer sus necesidades básicas y están expuestas a numerosas inclemencias climáticas.
AeA está trabajando en la gobernanza de la cadena de pesca, junto a la institucionalidad pública, empresas pesqueras y las asociaciones de pescadores logrando un acuerdo de inversión por parte de la empresa privada en la planta procesadora de mariscos en el Municipio de Santa Fe.
La pesca se hace de manera artesanal, utilizando lanchas pequeñas, algunas con motores pequeños y otras con remo dentro de las 3 millas náuticas de la costa.
Dada las altas temperaturas de la zona, el tiempo de faena y transporte y la baja capacidad de almacenamiento en frío en las lanchas, las capturas de pescado no llegan en las mejores condiciones a la planta procesadora en Santa Fe.
AeA y ennomotive, a través de su plataforma SocialSolver, han lanzado un desafío para diseñar un sistema de conservación de la cadena de frío: desde la captura del pescado hasta la planta de procesado, para conseguir la exportación.
La idea es utilizar fuentes de energía renovables para generar frío, adaptadas a la zona, para hacer sostenible la actividad pesquera, con los menores costes y el menor impacto ambiental posible, y a ser posible, ayudar en la electrificación de las lanchas para la pesca nocturna, aumentando la productividad de las capturas.
Como te decíamos al principio del artículo, las energías limpias son fundamentales para lograr el desarrollo sostenible en todo el planeta. Seguiremos trabajando en Honduras y otros países para que se trate de un acceso asequible, fiable, sostenible, moderno, ¡y para todas las personas!